Historia

HISTORIA DE LA BIBLIOTECA

La Biblioteca "Casto Rojas" del BCB es una de las mejores equipadas en su especialidad. Fundada en 1941, lleva el nombre del presidente de la institución de esa época, en honor a la iniciativa que tuvo esta autoridad para crear un espacio de lectura.

Casto Rojas, periodista, abogado y con estudios en finanzas y economía ocupó altos cargos en distintas oportunidades hasta que en 1941 fue designado presidente del Instituto Emisor durante la gestión gubernamental de Enrique Peñaranda.

 

 

La biblioteca está especializada en economía, banca y finanzas, acopia en sus fondos dos colecciones que fueron compradas a Enrique Finot y Moisés Alcázar, que contienen libros de literatura, historia y geografía. El repositorio posee en total alrededor de 20 mil ejemplares y 910 títulos de publicaciones periódicas.

Posee un fondo documental de memorias y boletines del BCB desde 1911 a la fecha, siendo la única biblioteca donde se puede encontrar dicha documentación en forma completa. También existe colecciones de memorias y boletines de bancos centrales de varios países del mundo, como también material de organismos internacionales como ser del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial y otros.

 

 

Biografía del Dr. Casto Rojas

Nació el 23 de enero de 1879 en el pequeño poblado de Anzaldo, antiguamente llamado Santiago del Paredón, capital de la segunda sección de la provincia Esteban Arze del Departamento de Cochabamba. Sus padres fueron Don Manuel Carmelo Rojas y Doña Juana Bautista Quezada.

La primera infancia de Casto Rojas transcurre en Santiago de Paredón donde cursa la primaria en la pequeña y pobre escuelita del pueblo que, como todas las demás del país, estaba desprovista de lo más imprescindible.

Casto Rojas nunca olvidó esta escuelita que hoy lleva su nombre. Pasados los años la evocaría con nostalgia y ya adulto, la holgura económica, le permitió dotarla con tres camionadas de pupitres, morigerando de esta manera la insufrible incomodidad de los niños anzaldeños.

 

Al terminar la primaria, la falta de colegio secundario en Santiago de Paredón, obliga al niño de diez años a trasladarse a la ciudad de Cochabamba.

A los quince años obtuvo su título de bachiller en el Colegio Sucre, inscribiéndose de inmediato en la Universidad de San Simón para estudiar Leyes como era usual en esa época, para los jóvenes talentosos que querrían continuar estudios superiores.

Entre sus profesores se hallaban egregios personajes del liberalismo como Luis Salinas Vega, Jorge Armando Morales, Ismael Vásquez, Daniel Salamanca, José Carrasco quien invitó a Rojas a trabajar como amanuense en su bufete particular en premio a sus excelentes calificaciones. En esta oficina se iniciará en el periodismo, participando en "El Comercio" como redactor, y en la militancia del Partido Liberal.

En sus primeras lides de profesional fue Secretario de la Prefectura de Cochabamba, permaneciendo en este cargo hasta 1902.

Hechas sus primeras armas públicas en el Municipio cochabambino, en ascendente militancia patriótica y como reconocimiento a sus actividades e ideales partidarios, es elegido Diputado Nacional en 1904 en la candidatura por el Partido Liberal, representando a la provincia de Cliza. En 1907, Casto Rojas, como acostumbran todos sus contemporáneos, realiza el viaje a París, que al decir de Gustavo Adolfo Otero " Entre los jóvenes......era un ideal sin metas lejanas, el cumplir el anhelo de un viaje ritual hacia el Viaje Continente, para buscar cultura y diversiones".

Retornado a Bolivia, después de hacer estudios relativos a las finanzas y la economía, el Presidente Ismael Montes le designó Subsecretario de Estado en el Ministerio de Hacienda e Industria.

En 1916, cuando fue director de "El Diario", - que le sirve de tribuna para la exposición de su pensamiento -,volverá a esgrimirlas ampliamente bajo el título de "nacionalización y socialización".

Concluidos los cinco años del primer gobierno de Montes, le sucede Eliodoro Villazón, liberal que sabría, desde la presidencia, llevar a cabo la política dictada por la fuerte personalidad de Montes.Villazón, tampoco prescindiría de los valiosos servicios del Dr. Casto Rojas, designándole como Secretario de la Legación de Bolivia en Lima. Posteriormente, en ausencia de Severo Alonzo, asumiría el cargo de Encargado de Negocios, en la misma ciudad.

Poco antes de embarcarse a este nuevo destino, Rojas contrajo matrimonio con Carmen Velasco, hija de Moisés Velasco Arce y Benita Villavicencio Bosque, sobrina del Obispo Monseñor Bosque. Posteriormente y de regreso al país, alegrarían el hogar dos niños: Gastón y René.

El desarrollo de las ideas políticas en Bolivia, entre sus primeros escarceos sobresalientes que agitan a la sociedad boliviana y crean adherentes y adversarios está la corriente del liberalismo conocida como "montismo". Casto Rojas por su formación intelectual, su visión y análisis del perfil de la sociedad, continúa fiel a esta política.

Como partícipe de esta corriente política en el país, ocupa al cartera del Ministerio de Hacienda a pedido expreso del Presidente Ismael Montes, gobernante que ambicionaba rodearse de eficientes colaboradores para llevar adelante su programa de gobierno.

Para desempeñar esta función tiene que abandonar la labor parlamentaria que desde el 5 de agosto de 1913 ocupa en el Senado.

Al finalizar este período constitucional, el Presidente Montes, aquilatando el espíritu y los conocimientos de Casto Rojas, le privilegiará con responsabilidades mucho más estrechas en su gobierno, designándole su Secretario Privado. En el ejercicio de este cargo el Dr. Rojas prepara la célebre defensa de Montes ante las acusaciones de que fue objeto el Mandatario por parte de la oposición, el 5 de diciembre de 1917.

Ser un hombre de ideas, amante de la cultura, y más aún un bibliófilo, significaba estar en el campo del quijotismo. Casto Rojas, a lo largo de su vida, siempre se encontró en este lado de los hombres, que muy justicieramente el argentino José Ingenieros, ciudadano del mundo, los llamó la "raza aparte de la humanidad". Incansablemente aguijoneado por la necesidad del libro en las manos, Casto Rojas se convierte en uno de los contados hombres que necesita de la biblioteca como la sombra del cuerpo. Es así que funda y alienta la creación de varias bibliotecas. La más importante y que pervive hasta nuestro días es dependiente del Banco Central de Bolivia.

Afín a sus inquietudes intelectuales y profesionales, y acorde a la institución que creó, la Biblioteca del Banco Central (que ahora lleva su nombre), se inauguró a fines de 1941, con material bibliográfico especializado en los temas concernientes a la banca, la economía y las finanzas. Ha sido y es, una biblioteca, dentro del ámbito nacional, la más completa en dichas ciencias, pero, además acopia en sus fondos aquellas que fueron formadas personalmente por dos intelectuales ocupados de la cultura boliviana, tales son Enrique Finot y Moisés Alcazar.

Esta labor de creación de la biblioteca del Banco Central, dado el pensamiento general de burocracia y de su indisimulado disgusto para "tales afanes" hubiese constituido una imposibilidad más que remota. Sin embargo no fue así. Precisamente en esos meses y años el propulsor de esta obra magna ocupaba la Presidencia del Banco Central. Casto Rojas, como Presidente de esta Institución, tuvo pues el camino llano que antes y hoy, se traduce en el servicio al lector que constantemente recurre a sus anaqueles y a sus salones de lectura. Señalamos, por último en apretada síntesis, otras actividades culturales del Dr. Rojas: Miembro Fundador de la Academia Boliviana de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española, Miembro de la Academia Nacional de la Historia, del Ateneo de Bolivia y la Sociedad Geográfica de La Paz, Miembro del Colegio de Abogados y Miembro de la Sociedad Bolivariana de La Paz.
Don Casto Rojas vivió hasta su ancianidad con su esposa doña Carmen Velasco.

Como abogado y político trataba de robar a sus actividades horas que le devolverían a su hogar. Este hogar fue desde el primer día uno de los ejemplares entre su círculo. Tenía devoción hacia él, pero en sus últimos años, la parca que nunca se detiene a considerar que es en esa edad cuanto más el hombre se da a su hogar, cuando más éste necesita de él, tronchó la vida de su esposa. Este dolor nunca fue superado por otro gran dolor. Don Casto Rojas faltando dos años para su muerte perdió a la persona siempre fiel, siempre abnegada, siempre leal, siempre amada que nunca pudo ser reemplazada por ese otro amor egoísta y totalizador que pretendió ser la política de toda su vida. Don Casto Rojas, falleció, después de una larga y prolífica vida, el 15 de marzo de 1973.

Versión editada de la publicación “Casto Rojas : esbozo biográfico”, de Inch C., Marcela. La Paz, Banco Central de Bolivia,1989